El principio de Pascal

El castillo Canterville Chase ha pasado a tener nuevos dueños, una familia inglesa a la que no asustan las advertencias de que en él habita un fantasma. De hecho, es tal su indiferencia ante los fenómenos paranormales, que se burlan constantemente del espectro.

La campanilla de la doncella trata sobre una joven, Hartley, que habiendo padecido tifus, queda con un aspecto bastante enfermizo y por eso mismo, no puede conseguir trabajo. Por cosas de la vida llega a trabajar a una casa en el campo, donde debe hacer de criada de compañía para una bondadosa pero enfermiza dama. Y además, deberá descubrir los misterios de la casa, lo que calla la servidumbre, cuál el es problema con el señor de la casa y por qué todo esto la lleva a la mujer la la miraba desde una habitación siempre cerrada frente a la suya.

Una silla esperando a alguien que no llega. Un zapato con memoria. Una madre que corre en sueños. Una pareja enamorada de lo que no hace. Un psiquiatra atendido por su paciente. Una moneda volando en un hospital. Una mujer que se excita con Platón. Dos ensayistas en el baño. Un político perseguido por revolucionarios invisibles. Un asesino cubista. Un fusilado que piensa. Monólogos. Mirones. Todo esto, y más, vive en Hacerse el muerto. En estos nuevos cuentos, Neuman explora el registro tragicómico hasta las últimas consecuencias, desplazándose de lo íntimo a lo absurdo, del dolor...

Yol tiene cuarenta y cinco años y siente que su vida es un desastre. Con un matrimonio fracasado, al que no encuentra manera de poner fin, y dos hijas que cada vez la necesitan menos, se ve obligada a abandonar su trabajo de siempre en una asesoría jurídica aunque le apasiona. Su vida se tambalea y Yol parece estar en su peor momento, pero todo cambia el día que la directora de una potente editorial que conoció en el pasado le ofrece un cambio laboral que la lleva de viaje a Madrid. Durante el viaje conoce a Mario LLorente, un actor de moda más joven que ella que da la vuelta a su vida, ...