Penúltimo nombre de guerra

Raúl Argemí es un reconocido escritor y guionista argentino, nacido el 22 de diciembre de 1949 en el barrio de Villa del Parque, Buenos Aires. Desde sus inicios en el mundo literario, Argemí se ha destacado por su versatilidad y por abordar diversos géneros, aunque su especialidad son las novelas de misterio y policiales.

Con una formación académica que abarca desde la filosofía hasta la sociología, Argemí ha trabajado en diferentes campos, incluyendo el periodismo y la enseñanza. Su experiencia variada le ha permitido desarrollar una prosa rica y matizada, capaz de atrapar al lector desde las primeras páginas. A lo largo de su carrera, ha publicado más de diez novelas, así como cuentos y guiones para cine y televisión.

Obra literaria

Entre sus obras más destacadas se encuentra "La sombra de los otros", que explora las complejidades de la identidad y el crimen en un contexto social cambiante. Su novela "Cuentos completos", publicada en 2005, también ha sido bien recibida por crítica y público, consolidándolo como un autor de renombre en el ámbito de la literatura argentina contemporánea.

Argemí ha tenido una relación cercana con el género policial, siendo considerado uno de los exponentes de la novela negra en Argentina. Su estilo se caracteriza por una prosa ágil y envolvente, con tramas intricadas y personajes bien desarrollados que invitan al lector a adentrarse en sus historias. Además, ha explorado temáticas como la memoria, la identidad y las relaciones interpersonales, siempre desde una mirada crítica hacia la realidad social que lo rodea.

Reconocimientos

A lo largo de su carrera, Raúl Argemí ha recibido múltiples premios que destacan su labor literaria, entre ellos el Premio Municipal de Literatura de Buenos Aires. Su trabajo no solo ha sido valorado en su país natal, sino que también ha encontrado eco en el extranjero, siendo traducido a varios idiomas y participando en festivales literarios internacionales.

Influencia y legado

Argemí es considerado un maestro del relato corto y la novela policíaca, influyendo en una nueva generación de escritores argentinos. Su capacidad para entrelazar la ficción con problemas sociales y políticos ha enriquecido el panorama literario de Argentina, convirtiéndolo en un autor indispensable para comprender la narrativa contemporánea en el país.

Además de su labor como escritor, Argemí ha estado involucrado en la promoción de la literatura a través de talleres y conferencias, inspirando a jóvenes escritores a seguir sus pasos. Su compromiso con la escritura y la cultura es evidente, y su obra continúa resonando en el ámbito literario.

En conclusión, Raúl Argemí no solo ha construido una carrera sólida y respetada en el mundo de la literatura, sino que también ha dejado una huella imborrable en la narrativa argentina contemporánea. Su estilo único y su enfoque en los problemas sociales lo convierten en un autor relevante y necesario, cuyas obras siguen siendo leídas y apreciadas por nuevas generaciones.

El motivo central de la obra es la epifanía que sufre el personaje la noche del 13 de febrero. Tras una estancia en el hospital psiquiátrico y padecer por una fuerte medicación, el personaje se debate en largas reflexiones cuestionando dos cosas: su locura o la existencia de Dios. Cree encontrar de forma demostrada (para él) la existencia de Dios. A partir de ese momento cambiará su concepción de las cosas y tratará de recomponer su cabeza para encajar y asumir su experiencia y también poder explicarla. Un trayecto por subidas o bajadas, por la lucha constante, la alegría y la...

Una aventura amorosa explosiva. Kerry Francis no se parecía en nada a las despampanantes rubias de piernas largas con las que salía Adam McRae, su atractivo vecino. Aunque Adam le resultaba irresistible, solo eran amigos... hasta que él le pidió que se hiciera pasar por su novia. Hasta ese momento, las únicas estrellas que Kerry había visto eran las que diseñaba para sus espectáculos de pirotecnia. Pero los besos y las caricias de Adam, de mentira, por supuesto, le hicieron ver algo más que las estrellas. Y cuando terminaron casándose... La noche de bodas fue inolvidable. Pero Kerry ...

«Yo celebro que Emma Bovary –ha escrito Vargas Llosa– en vez de sofocar sus sentidos tratara de colmarlos, que no tuviera escrúpulo en confundir el cul y el coeur, que, de hecho, son parientes cercanos, y que fuera capaz de creer que la luna existía para alumbrar su alcoba.» «Será el primer caso, creo, de novela en que se hace burla de la heroína y de su galán. Pero la ironía no perjudica al pathos; al contrario, la ironía subraya el aspecto patético», escribió Gustave Flaubert en el largo proceso de redacción (1851-1856) de La señora Bovary. Alarmados por su «invencible...

Era alto, guapo... y muy peligroso para ella Lily Andersen solo quería ser la mejor niñera que pudieran tener los adorables trillizos de los Brewster, pero resultaba muy difícil teniendo cerca a Chas Brewster. Era un hombre guapo y fascinante que quería a los pequeños de un modo que desataba los más básicos instintos de Lily. Pero, por mucho que soñara con acercarse más a él, sabía que no era buena idea relacionarse con el jefe. Sin embargo, los besos le hicieron olvidar que su sitio no estaba entre los brazos de Chas...