No hay que ser bueno, hay que ser feliz
No hay que ser bueno, hay que ser feliz no es un libro al uso, es en sí una terapia completa para Dependientes Emocionales. La D. E. afecta a más del 50 % de la población, aunque muchos de los afectados ni siquiera son conscientes. Esta dolencia consigue atraer muchísima infelicidad y fomenta los patrones tóxicos de comportamiento en las relaciones —de cualquier índole—. La sociedad, la cultura, la manera de educarnos, las heridas emocionales que acarreamos de la infancia, las experiencias dolorosas, etc., son algunos de los ingredientes que favorecen que esta dimensión...