Wilhelm Grimm, nacido el 24 de febrero de 1786 en Hanau, Alemania, fue uno de los hermanos Grimm, famoso por sus contribuciones a la literatura y el folclore. Junto a su hermano Jacob, se destacó como recopilador de cuentos populares, convirtiéndose en una de las figuras más influyentes en la historia de la literatura infantil y el estudio del folclore. Su obra es reconocida no solo por su valor literario, sino también por su impacto en la cultura popular y su papel en el establecimiento de criterios de preservación de las tradiciones orales.
Durante su juventud, Wilhelm fue educado en el hogar de su madre tras la muerte de su padre, un abogado, en 1791. Estudió en la Universidad de Marburgo, donde se interesó por el literatura, la filología y el derecho. Su pasión por el conocimiento, combinada con su amor por las historias, lo llevó a asociarse con su hermano Jacob en un esfuerzo por recolectar y documentar cuentos folclóricos alemanes que habían sido transmitidos de generación en generación.
En 1812, los hermanos Grimm publicaron su primera colección de cuentos bajo el título “Cuentos de la infancia y el hogar” (Kinder- und Hausmärchen). Esta obra se convirtió en un fenómeno literario, albergando relatos icónicos como “Cenicienta”, “Blancanieves”, “Hansel y Gretel” y “Caperucita Roja”. Cada historia fue revisada y adaptada a lo largo de las ediciones, lo que permitió que los cuentos evolucionaran y se transformaran en lo que conocemos hoy. La atención meticulosa de Wilhelm hacia los detalles y su deseo de preservar la esencia de las tradiciones orales fueron cruciales para el éxito de estas publicaciones.
Además de su labor como recopilador de cuentos, Wilhelm Grimm también hizo significativas contribuciones al campo de la lingüística. Se interesó por las relaciones entre las lenguas germánicas y contribuyó a la formulación de la ley de Grimm, que describe el cambio sistemático de consonantes en las lenguas germánicas en comparación con las lenguas indoeuropeas. Este trabajo fue fundamental en el desarrollo de la lengua alemana y su estudio en el contexto de las lenguas indoeuropeas.
Los hermanos Grimm no solo se dedicaron a la recopilación de cuentos y la lingüística, sino que también hicieron importantes aportes al ámbito académico. Wilhelm se convirtió en profesor en la Universidad de Berlín, donde impartió clases de filología germánica. Su compromiso con la educación y su deseo de fomentar el conocimiento entre las nuevas generaciones contribuyeron a su legado duradero.
Con el tiempo, el trabajo de Wilhelm y Jacob comenzó a ser reconocido no solo en Alemania, sino en todo el mundo. Sus cuentos no solo se tradujeron a múltiples idiomas, sino que también inspiraron a artistas, cineastas y escritores de diversas generaciones. La adaptación de sus historias al cine y la televisión, como en las producciones de Disney, ha hecho que sus relatos sean parte integral de la cultura popular contemporánea.
Wilhelm Grimm falleció el 16 de diciembre de 1859 en Berlín, dejando atrás un legado perdurable en el campo de la literatura y el folclore. Su trabajo y el de su hermano Jacob han influido en la forma en que se cuentan las historias en la actualidad, y su enfoque en la preservación de las tradiciones culturales ha sentado las bases para futuros estudios en el ámbito del folclore y la mitología.
En resumen, Wilhelm Grimm fue un pionero tanto en la recopilación de cuentos populares como en el estudio filológico. Su dedicación y pasión por las historias y el lenguaje han dejado una huella indeleble en la literatura, que continúa resonando en la actualidad.