LA ELECCIÓN POR LA VIRTUD

SIXTO: Ya es, padre, hora de almorzar. Aquí hace buen sol. Sabina, saca un banco en que sentar nuestro padre. PERETO: ¡Peregrina virtud! ¡Piedad singular! Hijo, aunque viejo y cansado, no tanto que si arrimado a un palo los pies provoco, no pueda andar poco a poco. Soy ya viejo, estoy pesado; ya de mis carnes molestas la carga grave contemplo. Suelta, si ya no me aprestas de la cigüeña el ejemplo, que lleva a su padre a cuestas; no te canse, por tu vida, pues, la cosa más querida de mi vejez... SIXTO: Quien os lleva, padre, en el alma que aprueba esta obligación debida a quien el ser...