Pequeños frutos azulados
Todas las mañanas, Pardo el oso se levanta somnoliento y, a paso lento, se aproxima a un arbusto repleto de pequeños frutos azulados, abre el hocico para comer su fruta favorita y, cuando ha saboreado suficientes, inicia su larga y animada caminata por el bosque. Pero una mañana, sucedió algo diferente: cuando se preparaba para comer esos deliciosos frutos, la tierra tembló y el arbusto se cubrió con una luz azul. Luego en un instante, despareció...