Consejos de amor

Mis queridos amigos, En esta época, mientras el estado de mi salud me permitía dirigirme a ustedes desde el púlpito, era mi costumbre dirigir sus pensamientos a una consideración de la bondad de Dios en el pasado, y al deber de una confianza más humilde y confiada en Él para el futuro. De pie, por así decirlo, en la línea divisoria de dos años, me esforcé por señalar hacia atrás el camino por el que ustedes habían viajado; y, a partir de las innumerables muestras del cuidado vigilante de Dios -su graciosa condescendencia, fidelidad y amor-, traté de guiarlos -mientras erigían...