
Sevilla revestida por casi tres mil años de historia y el paso de infinidad de culturas no estuvo bien vertebrada hasta el último tercio del siglo XVIII. El rey Carlos III, el 13 de agosto de 1769, dictaba una Real Cédula por la cual disponía en dieciséis apartados la división de la ciudad hispalense eligiendo a Pablo de Olavide para configurar la nueva distribución. Se establecía en atención a los Privilegios que goza por el Asiento de Bruselas y otros, dividirla en cinco quarteles. Uno de nueva creación, al arrabal de Triana y, los otros cuatro, en el casco histórico delimitados por la intersección de dos ejes imaginarios. Uno trazado entre Puerta de Jerez y Puerta de la Macarena y, el otro, desde Puerta Real a Puerta de Carmona, ambos entrecruzados en la Plaza de la Encarnación. Cada quartel constaría de ocho barrios y estos, a su vez, dispondrían de ocho manzanas. Por tanto, habría un total de trescientas veinte manzanas, de ellas doscientas cincuenta y seis alzadas en la margen izquierda del Guadalquivir y las sesenta y cuatro restantes en el arrabal trianero. Sevilla.... con su lunita plateada nos acompaña e impulsa a transitar con calma y espíritu curioso...
El propio autor manifiesta que esta obra no constituye una mera guía del urbanismo sevillano, ni del patrimonio artístico de la ciudad, siendo su pretensión la de servir para introducir a nuestros hijos en el conocimiento y amor a la ciudad.
En este libro se hace un recorrido por la economía andaluza desde el siglo XVI hasta el XX, de la mano de sus principales protagonistas en el ámbito del pensamiento económico -desde Tomás de Mercado a Alfonso García Barbancho- que han sido seleccionados por ser andaluces de nacimiento o por su estrecha vinculación con Andalucía. Con espíritu crítico y denuncia de las injusticias, se recogen en esta obra sus principales aportaciones teóricas y recomendaciones para fomentar el desarrollo económico y el bienestar material, tanto de los andaluces como del conjunto de los ciudadanos españoles. En total se presentan 34 biografías y 10 estudios introductorios, distribuidos en los cinco capítulos que componen este volumen. Para ello se ha contado con destacados especialistas en las materias tratadas, procedentes de catorce universidades españolas y una portuguesa, lo que ha permitido que por primera vez se recojan en una publicación las biografías de los economistas andaluces más destacados en 500 años de historia.
Conforme a una visión globalizadora del acontecer entre 1868 y 1950, se plantean los principales aspectos socioeconómicos, políticos, culturales y de vida cotidiana que caracterizaron a la capital hispalense entre el triunfo de la “Gloriosa” y los primeros años del franquismo.
Inlcuye las siguientes ponencias: Antonio de Ulloa y la tradición de la Ciencia moderna en Sevilla (José Ma LÓPEZ PIÑERO); Antonio de Ulloa y Sevilla (Francisco AGUILAR PIÑAL); Antonio de Ulloa y la ciencia de su época (Manuel SELLÉS); Antonio de Ulloa, descubridor del platino (Roberto MORENO); Antonio de Ulloa, naturalista (Miguel A. PUIG-SAMPER); Retórica y experimentación en la polémica sobre la figura de la Tierra (Antonio LAFUENTE); El sevillano Antonio de Ulloa y el reino de Quito (Luis J. RAMOS); El gobierno de Antonio de Ulloa en Huancavelica y Luisiana (Miguel MOLINA); Antonio de Ulloa, astrónomo (Alberto ORTE LLEDÓ); Antonio de Ulloa en la época del Marqués de la Ensenada. Del espionaje al Canal de Castilla (1749-1754) (Juan HELGUERA QUIJADA); Antonio de Ulloa, marino (Francisco DE SOLANO); Antonio de Ulloa, un ilustrado curioso (Antonio OROZCO); Entre España e Hispanoamérica: Antonio de Ulloa, un hombre de su tiempo. Sus escritos y publicaciones (Antonio GUTIÉRREZ ESCUDERO).
El propósito de este libro es establecer las líneas generales de la tragedia neoclásica española y examinar sus obras y aspectos más relevantes. El autor atiende especialmente al período comprendido entre 1766 y 1773, los años en que el teatro recibió el apoyo institucional del conde de Aranda como presidente del Consejo de Castilla, y compara ese período con los primeros pasos de la tragedia y con la evolución posterior, que se diluye sin grandes rupturas hasta el triunfo del romanticismo. Se tratan en el libro las cuestiones relacionadas con la lección y la argumentación, aparecen referencias a la preceptiva y a la política cultural, y consideraciones sobre la recepción y sobre la influencia de la tragedia clásica francesa, presente a través de las traducciones. Se recoge en un apéndice una relación de las tragedias del siglo XVIII por orden alfabético de autores, con algunos comentarios particulares sobre las obras más destacadas.
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